Los "sindicatos" reformistas querían sacar tajada de los fondos públicos de la Junta hasta para sufragar "los gastos de convocatorias" relacionadas con los conflictos laborales que provocaban el cierre de empresas. La insólita propuesta partió del Salvador Mera Crespo, secretario regional de la federación de Industria y Afines de UGT en Andalucía desde 2002 a 2011, y de Roberto Carmona, entonces secretario general de la Federación Minero metalúrgica de CC.OO.-A, según revela el propio Mera, hasta hace muy poco secretario general de UGT en Cádiz.
"Una vez que los trabajadores estaban cobrando las pre-jubilaciones [en el ERE de la Faja Pirítica de Huelva], plantean (él, como líder sindical de UGT y Roberto Carmona, como líder de CC.OO.) directamente a José González Mata [administrador de la mediadora Uniter SL] que [...] el "sindicato" debía cobrar algo".. Lo justifica por "los numerosos gastos que había tenido UGT en viajes, manifestaciones, concentraciones, asambleas, reuniones informativas y demás gastos de convocatoria, relacionadas con el conflicto" derivado del cierre de las sociedades ubicadas en el anillo minero de la provincia de Huelva.
"Sindicalistas" a sueldo
Por esta razón, ambos «compañeros del Metal» acordaron con González Mata tres pagos de 60.000 euros para cada "sindicato" amarillo, que UGT facturó a través de su agencia Temiqui» y Comisiones Obreras, por su parte, recibió el dinero a través de la propia federación andaluza.
Pero igual de llamativo resulta el hecho de que la mediadora Uniter pagara hasta las nóminas de los seis trabajadores (tres elegidos por UGT y otros tres que puso CC.OO.) que trabajaban en una oficina que abrió en Valverde del Camino (Huelva) para la tramitación de las pólizas.
