lunes, 23 de septiembre de 2013

El Código Penal de Gallardón otorgará un poder enorme a los Guardias de Seguridad privados




La reforma del Partido Popular al Código Penal trae abundantes noticias. La primera es que se acentúa la lucha del régimen contra la disidencia y las movilizaciones serán reprimidas con el Código en la mano de un modo muy severo. Hoy, conocemos, la llave represiva que tendrá la seguridad privada. Hay quien interpreta ya una privatización del "trabajo" de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Vean.

"Serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a dieciocho meses, los que, sin estar comprendidos en el artículo 550, resistieren o desobedecieren gravemente a la autoridad o sus agentes en el ejercicio de sus funciones, o al personal de seguridad privada, debidamente identificado, que desarrolle actividades de seguridad privada en cooperación y bajo el mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.”

Es decir, que se abre la vía para que en el control o represión de determinadas acciones en la calle participen fuerzas de seguridad privada a las que deberá obedecerse con la misma consecuencia que a los funcionarios públicos.

Y atención que no es sólo para el caso de resistencia activa, sino que incluso la resistencia pasiva a un empleado de una empresa de seguridad se considerará atentado.

De aprobarse así el texto, y pocas cosas indican que no lo vaya a ser, se incrementa las posibilidades de actuar de la Seguridad Privada en colaboración con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, lo que supone una equiparación en su consideración a efectos de autoridad.

Seguramente veremos empresas de seguridad privada encargadas del control de manifestaciones, lo que también puede suponer de alguna manera una privatización de las funciones de Policía.