domingo, 21 de febrero de 2021

Asamblea Libertaria de Lorca: Toque de queda al trabajo



Entre enero y octubre de 2020 murieron en accidente laboral 595 personas. A la espera de que se publiquen los datos de los últimos meses, durante los 10 primeros meses de 2020 las muertes en accidente laboral superan las cifras de todo 2019. Cabe recordar que son sólo las cifras oficiales, en Lorca hemos tenido ejemplos en los últimos años de cómo los empresarios han tratado de ocultar las muertes de sus trabajadores que no tenían ningún tipo de garantía legal. Por hechos como estos, cabe la sospecha de que las cifras reales sean aún mayores.

Pero centrándonos en las cifras oficiales, nos resulta llamativo que en un año donde la actividad laboral se ha reducido, donde los empresarios han llamado a la solidaridad, donde los políticos nos decían que “juntos saldremos más fuertes”, las personas trabajadoras hayan muerto más en sus puestos de trabajo. ¿En qué se basa esa economía que nos piden levantar entre todxs? Desde hace siglos, vivimos bajo un modelo productivo cuyo objetivo es enriquecer a unas élites a toda costa, sin importar los daños colaterales que esto ocasione en lxs trabajadorxs o en el medio ambiente.

Cuando los medios de comunicación nos hablan de problemas económicos, nos muestran a empresarios cerrando sus fábricas, hoteles sin ocupación, concesionarios con coches sin vender… Es decir, cuando nos hablan de los problemas de la economía, en realidad nos hablan de que los ricos no van a poder aumentar su riqueza al ritmo que esperaban. Cuando nos hablan de proteger la economía, en realidad nos piden que hagamos un esfuerzo colectivo para que las fortunas de los de siempre no se vean resentidas. El modelo productivo convierte a lxs trabajadorxs en piezas sustituibles, cuyas necesidades vitales quedan subordinadas a la producción de recursos y acumulación de capital.

Lxs trabajadorxs aceptan condiciones laborales esclavistas ya que sólo pueden elegir entre eso y el hambre. Los diferentes aparatos del sistema los han convencido de esto, y de que la culpa es de esxs otrxs trabajadorxs que por su mayor necesidad o mayor vulnerabilidad, están dispuestxs a aceptar condiciones aún peores. Han conseguido así que lxs oprimidxs peleen entre ellxs por ganar un puesto en el engranaje de producción pensado por y para los opresores. Además, en los últimos años vemos cómo el neoliberalismo ha vuelto a utilizar su herramienta favorita: el fascismo. Lograr que al aplicar medidas contra la clase trabajadora, está no acuse a quienes aplican las medidas, sino a la inmigración, es uno de los mayores logros del capitalismo. Conseguir que mientras los propietarios siguen aumentando sus fortunas, lxs oprimidxs peleen entre ellxs por subsistir y busquen culpables entre quienes están más oprimidxs que ellxs aún, es una de las claves para entender cómo hemos llegado a este punto.

¿Qué proponemos a nivel individual?

Dejar de ver a nuestrxs iguales como un competidor y empezar a verlxs como alguien con nuestros mismos problemas, necesidades e intereses, es el primer paso. Dejar de ver al dueño de la fábrica como alguien que “te da trabajo”, y comenzar a verlo como alguien que por tener en sus manos los medios de producción tiene la potestad para quedarse con una parte del fruto de tu trabajo y el de tus compañerxs. Estrechar vínculos con tus vecinxs y compañerxs de trabajo, crear redes de apoyo que no dejen a nadie atrás ante posibles despidos. Volver a tener capacidad de organización para defender los intereses comunes a través de huelgas y otros instrumentos que a lo largo de la historia han traído los pocos derechos que en la actualidad (todavía) tenemos.

¿Qué proponemos a nivel colectivo?

Por un lado, tenemos la necesidad de construir formas de organización horizontales capaces de hacer frente a la opresión que ejerce el capital sobre todxs nosotrxs. Redes de apoyo mutuo, organización entre trabajadorxs, o cajas de resistencia, son algunos ejemplos que han funcionado a lo largo de la historia y siguen funcionando en la actualidad, acabando con el aislamiento de cada trabajadorx y logrando que la capacidad de enfrentarse a las adversidades sea mayor. Por otro lado, construir nuevas formas de producción al mismo tiempo que cuestionamos y erosionamos las viejas. La redistribución de los recursos y la riqueza es necesaria para construir una sociedad igualitaria, justa y solidaria, además de respetuosa con otros pueblos y con el ecosistema.
Cambiar el enfoque de la producción, que hasta ahora se ha basado en la acumulación de capital en manos de unos pocos. Producir lo necesario en base a las necesidades comunes. Poner el trabajo al servicio de los intereses de la comunidad y no al servicio de unos pocos. En nuestro día a día son muchas las veces que nos organizamos de forma horizontal con nuestrxs amigxs o familiares, aportando cada unx nuestro trabajo en base al bien y a los objetivos del grupo, sin necesidad de un líder ni de nadie que salga beneficiado a costa del esfuerzo de lxs demás. ¿Por qué no íbamos a ser capaces de organizar de este modo el trabajo? Sobran recursos para que toda la población pueda vivir dignamente. Esto nos permite imaginar una sociedad en la que sea posible trabajar menos, trabajar todxs para producir lo necesario.

De cada cual según su capacidad. A cada cual según su necesidad."
Este es uno de los textos que podrás encontrar en nuestro fanzine.