miércoles, 30 de enero de 2008

Para leer


Fueron muchos los miles de hombres y mujeres que lucharon por la conquista de un mundo nuevo inspirado en los principios libertarios. Hoy, salvo contadas excepciones, la inmensa mayoría de ellos están olvidados. Queda un escaso rastro de la tupida red que, en unas regiones más que en otras, formaba la trama en la que se sustenta el anarquismo ibérico. Casi no existía comarca en la que no funcionara una, pequeña o grande, sociedad obrera guiada por los principios tácticos y finalistas anarquistas; viviera un corresponsal, encargado de proporcionar información y venderla, de la prensa acrata o se creara un grupo especifico, de cuatro, cinco o seis miembros, que se reunieran para discutir cual era la mejor forma de difundir los principios libertarios. Uno de esos miles de militantes fue Valeriano Orobón Fernández