lunes, 14 de enero de 2008

Qué asco de tipo, que asco de sentencia


El Juzgado número 1 de Colmenar Viejo ha condenado a un hombre, por una falta de maltrato, a la pena de 30 días de multa a razón de 12 euros diarios por lanzar, mientras conducía, a tres cachorros de gato por la ventanilla de su coche. En total, el condenado deberá abonar 360 euros ( se va arruinar el psicópata éste.... de verguenza !!! )
La asociación protectora de animales «El Refugio», que fue la que presentó la denuncia, dice que la sentencia reconoce que el acusado lanzó los cachorros de gato cuando iba conduciendo a gran velocidad. Asimismo, aseguran que el fallo destaca «el maltrato cruel sin justificación alguna que no fuera el propio placer de hacer sufrir».
Los hechos sucedieron el día 4 de junio de 2006, por la mañana, en el término municipal de Colmenar Viejo, en la carretera de Hoyo de Manzanares.El autor de los hechos había encontrado tres cachorros de gato en su finca muy cerca de allí. Los cogió y los metió en su coche y, durante el trayecto, a gran velocidad, los fue lanzando por la ventanilla del lado derecho, según informa Servimedia.
Los testigos, que iban detrás en otro vehículo, vieron «con asombro e impotencia» lo sucedido y se pusieron en contacto con «El Refugio» para que denunciasen los hechos. «Con esta condena, avanzamos más en la protección animal, por lo que aplaudimos la sentencia dictada, y animamos a todos a denunciar cualquier situación de maltrato», manifestó Nacho Paunero, presidente de «El Refugio».
Esta asociación asegura en un comunicado que el primero de los gatos cayó con las patas hacia arriba y pudo salir corriendo hacia el lado izquierdo de la carretera y ponerse a salvo. El segundo gato, por el contrario, fue atropellado por el condenado con el coche dando un volantazo, mientras el tercero lo lanzó a la cuneta.
Los testigos siguieron al coche para poder coger su matrícula y al regresar vieron al segundo gato atropellado. Al mismo tiempo pudieron rescatar al primero que había sido lanzado por la ventanilla y que estaba maullando en la parte izquierda de la carretera, en la cuneta.
Al final, el único gato que quedó con vida, que se llama «Nico», fue acogido por «El Refugio» y ahora está felizmente adoptado por una familia.