Es bien conocido que cuando un barco se hunde o un edificio se quema las primeras en huir son las ratas. Parece que en Japón la catastrofe natural, derivada en nuclear, se agrava por momentos, ya que, como informa la agencia Reuters en los aeródromos japoneses está aumentando la demanda de jets privados y los banqueros han comenzado la espantada del archipiélago.
La noticia también la da la Prensa, que dice que "aumenta la demanda de jets privados y los banqueros extranjeros comienzan a abandonar Japón".
Está bien claro lo que esto significa. Los que manejan los hilos de la economía y del poder tienen más información que los que les mantienen a costa de su trabajo, así que podemos decir que es evidente que las ratas están huyendo, y que eso significa que la cosa va a peor.
Así funciona el capitalismo, y mientras los parásitos y demás alimañas usan el dinero que han acumulado a costa del trabajo del pueblo, a este, como ha dicho su emperador por televisión (que tampoco sufrirá las radiaciones ni el hambre) le queda rezar y aguantar con resignación.
La noticia también la da la Prensa, que dice que "aumenta la demanda de jets privados y los banqueros extranjeros comienzan a abandonar Japón".
Está bien claro lo que esto significa. Los que manejan los hilos de la economía y del poder tienen más información que los que les mantienen a costa de su trabajo, así que podemos decir que es evidente que las ratas están huyendo, y que eso significa que la cosa va a peor.
Así funciona el capitalismo, y mientras los parásitos y demás alimañas usan el dinero que han acumulado a costa del trabajo del pueblo, a este, como ha dicho su emperador por televisión (que tampoco sufrirá las radiaciones ni el hambre) le queda rezar y aguantar con resignación.