Para eso, sigue adelante el concurso para que la Guardia Civil adquiera a precio de 0.99 euros por unidad, 100.000 bolas de caucho “para disolver masas agresivas”.
Es de suponer que masas agresivas van a empezar a perturbar la paz social y necesitarán ser disueltas. Nos hemos preguntado si es que quieren disolver el próximo desfile de la pascua militar, porque masa más agresiva que un ejército no se nos ocurre, pero no parece el caso. Tampoco parece que quieran disolver a los banqueros, porque agresivos lo son pero masa no, más bien cúpula dentro de la oligarquía donde están otros muchos de los apoyos de la política de disciplina militar que nos quieren imponer.
De este modo la pregunta por las pelotitas de goma resulta diáfana: ¿A quién quieren callar a bolazos (íbamos a poner pelotazos, pero a lo mejor el término pelotazo es mejor reservarlo para las tropelías de los enchufaos que apoyan a los guardias pelotilleros)?
El gobierno, parece ser, se sitúa en el peor de los escenarios: las políticas antisociales que están imponiendo pueden generar un gran rechazo social y, en estos casos, ya se sabe que el diálogo del recetario neoliberal es palo y zanahoria, ahora más palo porque tal vez hayan comprobado que la capacidad de auto-organización y reivindicación de la gente es mayor que la que esperaban. Ya ni aunque nos pongan a José Mota haciendo el pariolo y banalizando (forma sutil de neutralizar) el conflicto social provocado por las malas politicas, nos quedamos metiditos en casa.
Total, que ya nos han mostrado un nuevo rostro del estado de malestar: La Guardia Civil caminera saldrá a disolvernos como “masa agresiva”, por más que hasta la fecha nos hayamos comportado más bien como una sociedad cívica y organizada para conseguir logros políticos.