viernes, 13 de noviembre de 2009

El Ayuntamiento de Granada aprueba una ordenanza con 250 prohibiciones nuevas

Primer día con la ordenanza de la Convivencia en vigor. Un mendigo se levanta del banco de la plaza Bib-Rambla en el que pide limosna antes de que la Policía Local llegue, pero la pareja lo alcanza ya que el hombre camina lento con la ayuda de una muleta. "A partir de hoy (por ayer) no puede usted pedir dinero en la calle", le explica uno de los agentes. Él no entiende demasiado y se abre la chaqueta para mostrar que únicamente lleva una bolsa de plástico con algo de alimento y un cartel con el que pide ayuda. Es rumano y lleva tres años en la calle. "No trabajo", apunta tras ese primer aviso. Y como buen caballero se despide de los agentes quitándose el sombrero.

"¡Sólo puedo decir que lo siento!", exclama una señora que presencia los hechos. A ella también le dedica una reverencia este indigente que, pese a todo, sonríe amablemente y se marcha de la céntrica plaza a otro lugar quizá menos molesto. Desde ayer está prohibido la mendicidad en las calles de Granada. Y la prostitución. Y vender pañuelos de papel o limpiar cristales en los semáforos. Ejercer de gorrilla o hacer malabares para sacar algo de dinero. Escupir, tirar pipas al suelo, ofrecer romero a los turistas, leer la mano a cambio de una voluntad que no suele ser inferior a cinco euros...

La ordenanza de la Convivencia, que prohíbe más de 250 conductas, entre ellas la prostitución que llega a multar con hasta 3.000 euros, regula un sinfín de cuestiones de la vida cotidiana. Los agentes de la Policía Local comenzaron ayer a avisar de todas las prohibiciones, que fueron aprobadas en el pleno municipal por PP y PSOE. El alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado (PP), confía en que la ciudadanía asuma en pocos meses el "espíritu" de la norma para mejorar la convivencia y no sea preciso "recurrir a la autoridad". A priori, parece bastante complicado.

Varios colectivos ya han mostrado su rechazo porque "aumentará la fractura social", hará "más vulnerable" a la población que ya lo es y, por supuesto, no va a contribuir a que desaparezca ni la prostitución ni la mendicidad. De los 40 agentes que antes había como máximo de patrulla, ahora podrá llegar a haber hasta 60, gracias a una reestructuración que desarrolla el Ayuntamiento para hacer frente a la ordenanza y reducir las horas extras de la plantilla.

Desde hace varias semanas la Policía Local avisa a las prostitutas de la prohibición, ahora volverá a hacerlo porque antes de sancionar tiene que informar de la entrada en vigor de la norma.

Los trabajos ayer se centraron en otros colectivos. María, una mujer que habitualmente monta su puesto de medias en una calle del centro, replicaba a los agentes tras la advertencia: "¿Para dos cajas de cartón que tengo puestas...?" Pida permiso o no, casi con toda probabilidad no podrá montar su puesto en ese espacio. Sólo algunos, como el de sellos o abanicos artesanales que los fines de semana se colocan en la Acera del Casino, han logrado el permiso del Consistorio.

Ni músicos, ni mimos pueden estar ya en la calle. Tampoco los mendigos. Ayer mientras uno era apercibido, optó por tomarse el último trago de vino que le quedaba en el cartón. Y es que beber en la vía pública también está prohibido.