jueves, 15 de agosto de 2019

Amnistía Internacional desmonta cinco mitos sobre las personas refugiadas

 
 
Es uno de los comentarios más leídos estos días: si tanto quieres que vengan a España los inmigrantes y refugiados rescatados en el Mediterráneo, mételos es tu casa. Ante semejante argumento, ¿entramos a trapo o pasamos de responder? Amnistía Internacional (AI) ha decidido contestar, con argumentos, frente a la demagogia.

Carlos Escaño responsable de campañas de la organización en defensa de los derechos humanos, ha publicado en la web de AI en España cinco tips imprescindibles, que silenciarán a los que aún se hacen este tipo de preguntas. ”¿Por qué es necesario ayudar a las personas refugiadas? ¿estamos preparados para ello?”, se pregunta. Y aquí están las (maravillosas) respuestas.

1. “Lo que hay que hacer es devolver las pateras a las costas africanas, así no se ahogará nadie”

Miles de personas que huyen del conflicto, la persecución y la violencia tratan de alcanzar la seguridad en Europa. Otras escapan de la pobreza. A pesar del riesgo que entraña la travesía del Mediterráneo, muchas viajan por mar. La ruta del Mediterráneo hasta Europa sigue siendo la más peligrosa y letal del mundo. Sin embargo, las personas refugiadas y migrantes no van a dejar de tomarla. Las impulsa a hacerlo el peligro al que se enfrentan en sus países de origen, las penurias que siguen sufriendo en los países vecinos de acogida, el cierre de las rutas terrestres y la insuficiencia de los canales regulares de migración. Mientras los gobiernos europeos no ofrezcan unas rutas adecuadas, seguras y regulares hacia Europa, la gente seguirá emprendiendo viajes peligrosos.

Los Estados europeos han dado progresivamente la espalda a una estrategia de búsqueda y salvamento que estaba reduciendo las muertes en el mar en favor de otra con la que se han ahogado miles de personas. En el Mediterráneo más de 800 las personas han muerto o desaparecido en los primeros meses de 2019. Además, los países de la UE están priorizando sin rubor algunos acuerdos temerarios con países terceros, en un intento desesperado por impedir que personas refugiadas y migrantes lleguen a Europa. En esta línea aumentaron la cooperación con Libia, donde las personas refugiadas son detenidas y sufren abusos, incluidas torturas y violaciones, y donde, a primeros de julio, un ataque contra un centro de detención de migrantes provocó una masacre en la que murieron al menos 40 personas que se hallaban atrapadas sin posibilidad de escapar.

2. “Salvar las vidas está bien, pero no queréis dejarlos en su sitio de partida, queréis traerlos por las bravas ilegalmente, y eso es un delito.”
Las personas refugiadas huyen de sus países de origen porque sus vidas están amenazadas. Necesitan un lugar seguro para volver a empezar y una oportunidad para hacer una contribución positiva. Los Estados deben acatar su obligación, contraída en virtud del derecho internacional, de cooperar en las operaciones de búsqueda y salvamento y evitar que se pierdan vidas en el mar. Las medidas de control de las fronteras y la inmigración no deben tener prioridad sobre la búsqueda y el salvamento de personas.

Para reducir las cifras de quienes emprenden la travesía por mar, los gobiernos europeos deben aumentar el número de plazas de reasentamiento, las admisiones humanitarias y los visados para las personas necesitadas de protección internacional, y deben garantizar que las personas refugiadas tengan acceso efectivo al asilo en las fronteras terrestres.

3. “Aquí ya no se puede ayudar tantos”

Actualmente hay más de 25,4 millones de personas refugiadas en el mundo. el 85%, están en países de ingresos bajos y medios.

Turquía tiene más de tres millones y medio de personas acogidas. Jordania cerca de tres millones. Pakistán, Uganda y Líbano sobrepasan el millón de personas refugiadas cada uno. Irán, Bangladesh, Sudán y Etiopía dan refugio a más de 900.000 personas y, en Europa, Alemania, con más de un millón, ocupa el sexto lugar en el mundo en número de personas refugiadas.

 
 
 
4. “Llévalos a tu casa y los mantienes”

Dar asilo a las personas refugiadas es una obligación de los Estados.

Son éstos quienes deben de garantizar el derecho de asilo, el establecimiento de rutas legales y seguras para que nadie tenga que arriesgar su vida en busca de refugio y garantizar unas condiciones de acogida dignas. Además de estos mecanismos, existen otras vías alternativas que se corresponden con iniciativas particulares, como son el patrocinio comunitario, la reunificación familiar o becas. Hay muchas personas y organizaciones de todas índole (sociales, religiosas, vecinales) que querrían acoger a personas refugiadas pero, incluso para eso el Gobierno debe facilitar un marco normativo, cuestión que aún no ha llevado a cabo. El patrocinio comunitario es una iniciativa de solidaridad humana por la que gente corriente ayuda a las personas refugiadas a llegar a un nuevo país y asentarse en él.

Además, según el Eurobarómetro (el CIS de la Comisión Europea) de marzo de 2018 el 83% de los españoles cree que España debería ayudar a las personas refugiadas.

Junto con muchas otras organizaciones y movimientos sociales también lo han pedido recientemente la Comisión Europea y ACNUR. Así que la pregunta que nos hacemos es: ¿Qué más hace falta para que los gobiernos europeos sean responsables y cumplan con sus obligaciones?

5. “En España tenemos a mucha gente que malvive en las calles, primero son ellos, los que vengan de fuera que esperen”

Las personas que toman la decisión de salir de su lugar de origen, perseguidas o no, dejan atrás proyectos de vida y familiares, y traen consigo saberes y conocimientos, experiencias profesionales y personales que pueden aportar al lugar donde se desplazan. La Organización Internacional para las Migraciones, en su informe sobre las migraciones en el Mundo del año 2015, resalta la existencia de investigaciones que demuestran cómo la migración puede tener una efecto transformador y ayudar a reducir la pobreza.

España debe ser parte de la solución e impulsar con urgencia un acuerdo a nivel europeo que establezca un mecanismo rápido y previsible de desembarco de las personas rescatadas, acorde con el derecho internacional, y un sistema justo de distribución de las personas solicitantes de asilo entre los países de la UE.

También es necesario destinar los recursos adecuados para atender a las necesidades de todas las personas solicitantes, y que facilite su integración en la sociedad de acogida, así como una profunda revisión del funcionamiento del actual sistema de acogida para que garantice unas condiciones de vida dignas a las personas que obtienen protección internacional.