La Corte no admite la demanda presentada por el hijo al considerar que no es el afectado.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha rechazado la petición de un vecino del Port de Sagunt, Vicente Muñiz Campos, para que fuera revisada la sentencia a pena muerte dictada en 1941 contra sus padres por un Consejo de Guerra Sumarísimo en Valencia.
Armando Muñiz y Águeda Campos, militantes del POUM en el Cap i Casal, tenían 30 y 29 años cuando el 5 de abril de 1941 un pelotón de fusilamiento franquista les ejecutó ante ese gran paredón de España que fue Paterna y convirtió en huérfanos a Vicente, que tenía 6 años y a su hermano, José Antonio, de apenas 4 y medio.
Estrasburgo era el último cartucho que le quedaba a Vicente, tras casi tres décadas batallando porque la Justicia española revisara el juicio sumarísmo lleno de irregularidades al que fueron sometidos sus padres y rehabilitara su memoria. Los dos fueron acusados del supuesto asesinato de tres mujeres, un crimen nunca probado.
Una batalla judicial de tres décadas
No había ningún testigo, ni se sabía cuándo y donde había ocurrido, ni se conocía el nombre de las mujeres y tampoco había cadáveres, sólo un falangista que denunció haber oído que Águeda dijo en una ocasión que había matado a tres mujeres. Una acusación, además llena de contradicciones, ya que el denunciante primero acusó a la mujer y luego al marido.
Después de intentar en vano que la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional revisarán el Consejo de Guerra, Vicente recurrió ante Estrasburgo. 'Allí me han dicho que no tengo derecho a interponer una demanda porque no soy el afectado por los hechos. Me encerraron en la cárcel de Santa Clara con mi madre y mi hermano pequeño. Nos fusilaron a nuestros padres y nos metieron en un asilo de monjas pasando calamidades... Es absurdo, la Justicia ha fallado', explica Vicente totalmente decepcionado.
A un día de cumplir 74 años, dice que ya no sabe dónde acudir, 'no se si me queda algún resquicio judicial más, me he gastado mucho dinero y he perdido bastantes años por pedir algo tan simple como que se limpie la memoria de mis padres'. Muñiz admite que esperaba este portazo judicial porque 'eso significaba abrir un precedente y detrás de mi vendrían miles de personas más condenadas injustamente por la dictadura'. '¿Así es cómo quieren que se cierren las heridas?', se pregunta. 'Hasta que no haya Justicia no se cerrarán y ésta no nos la quieren dar', concluye.