
Con su piel fabrican tanto ropa como accesorios de todo tipo: abrigos, bufandas, guantes, chaquetas, vestidos, gorros, zapatos, cinturones, collares, relojes, productos de bisutería, etc.
Una parte de estos animales son capturados en estado salvaje para servir de materia prima a esta industria; sus captores se valen de trampas en las que en muchas ocasiones, el animal pasa días sufriendo y desangrándose, llegando a automutilarse en un intento desesperado de poder escapar. La mayor parte de los utilizados son criados en granjas peleteras, en las que viven durante meses en jaulas minúsculas a la espera de alcanzar el tamaño necesario para ser sacrificados. Criaturas como zorros o visones, permanecen enjaulados en espacios tan pequeños que pueden darse la vuelta pero no dar ni un solo paso; muchos acaban completamente locos e incluso comiéndose su propio rabo.
A la hora de matarlos la premisa  más importante es no dañar la piel, esto hace que en muchas ocasiones, los  animales sean despellejados mientras están todavía vivos.
Existen diferentes métodos para  acabar con su vida:
Electrocutados: a través de electrodos conectados en su boca y en su ano.
Gaseados: con monóxido de carbono.
Apaleados: a través de golpes  normalmente en la cabeza con un martillo.
Hay un caso concreto, el de la piel  de Astracán, que procede de ovejas nonatas o recién nacidas del Asia Central;  para obtenerlas se abre el vientre de la madre viva, se le saca al feto y se  despelleja, o bien se espera a que nazca y se le arranca la piel estando todavía  viva ayudándose de una caña de bambú para despegársela sin deteriorarla.
De China sobre todo, nos vienen  productos obtenidos de perros y gatos; allí no existe legislación alguna sobre  este tema y se producen matanzas horribles e impunes que luego nos llegan a  Occidente en forma de complementos de vestuario o de juguetes como los peluches,  que no dudamos en comprara nuestros hijos a pesar de la barbarie  que se esconde detrás de su fabricación. En este País es una práctica común tan  solo aturdir al animal en el momento de despellejarlo para que no se resista,  pero hacerlo mientras continúa con vida.
Esta industria no tiene  justificación alguna; existen alternativas que no implican sufrimiento para  todos y cada uno de los objetos elaborados a base de la tortura y el asesinato  de animales. Sin embargo, genera tales beneficios, que son muchas las Empresas  que sostienen esta actividad y comercializan productos fabricados a partir del  sufrimiento atroz impuesto a los animales. Algunos ejemplos son: Christian Dior,  Dolce & Gabbana, Gucci, Carolina Herrera, Michael Kors, Karl Lagerfeld,  Ralph Lauren, Prada y Valentino. Patrocinadores de la muerte compañeros.... ¿ que medicina se le podría dar a semejantes salvajes ? ¿ La misma ? ...
Habrá quien no tenga reparo en  ponerse ropa y complementos que para su obtención, han supuesto meses de agonía  a determinadas criaturas, cuyo precio ha sido un dolor insoportable en el  momento justo de la obtención de su piel y al fin, tras la tortura y un  padecimiento extremo, la muerte. Habrá a quien no le importe que sus hijos  jueguen con deliciosos peluches manufacturados con piel de perros o gatos a los  que se les ha despellejado vivos. Habrá quien anteponga el placer que le produce  lucir esos productos a cualquier tipo de sufrimiento de otros seres. Pero para  el resto, para todos aquellos a los que nos repugna saber la crueldad infinita y  absurda que hay tras de la industria peletera, va dirigida esta información;  para que eduquemos a nuestros hijos en la repulsa hacia este comercio  sangriento, para que jamás adquiramos esos objetos y para que expresemos nuestro  rechazo público a su existencia, así como para que exijamos a nuestros  gobernantes que no se permita la comercialización de los mismos. Acabando con la  posibilidad de su venta, terminaremos con la oferta y con un negocio basado en  el dolor extremo y continuado de otros seres vivos.