España ha pasado a ser el séptimo país exportador de armas, detrás de Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia, China y Reino Unido... Pero claro, las consecuencias del uso de esas armas ¡qué importa!, tenemos un sinfín de excusas: "Total, si no se las
vendemos nosotros otros lo harán", "familias
españolas viven de esa industria..." Tenemos
miles de razones para excusarnos al colaborar en esta carrera armamentística asesina
que no nos lleva a ninguna parte pero ni una sola justifica las muertes
que han causado, causan y seguirán causando. Además, el mar Mediterráneo se encarga
de eliminar parte de las consecuencias de esa catástrofe humanitaria.
Al echar la vista atrás, en 2008, no parecía que la industria de armamento española llegaría a ser algún día lo que es ahora. De 934 millones en exportaciones en material de Defensa ese año, España ha pasado a vender 4.347 millones en 2017 –un incremento del 365%–. Según refleja el último informe del Centre Delàs de Estudios para la Paz, las exportaciones españolas de armamento han alcanzado "máximos históricos".
En concreto, el año pasado se batieron dos récords. Por un lado, el volumen de exportaciones de armamento ha alcanzado el equivalente al PIB de la República de Mauritania –con unos cien millones de euros de sobra–; y por otro, las autorizaciones de exportación se han disparado un 280% respecto al año anterior, por valor de 21.085 millones de euros.
Lo que le preocupa al Centre Delàs, no obstante, es a dónde van estas armas. Después de Europa, su principal destino es Oriente Medio. "Las transferencias más relevantes en términos humanitarios son municiones a Arabia Saudí por valor de 90,12 millones de euros, a Iraq 33,31 millones, a Emiratos Árabes Unidos 27,38 millones y a Qatar por 7,73 millones de euros", recoge el informe.
España vendió al país saudí 288 millones de euros en municiones y explosivos el año pasado. El mismo Estado que se encuentra incluido en la lista negra de Human Rights Watch por sus bombardeos a civiles en Yemen. En noviembre de 2017, el Gobierno español aseguró que no se planteaba dejar de vender armas a Arabia Saudí puesto que tenía un compromiso con Riad de que el material no sería usado en el país vecino.
Otra de las regiones que está recibiendo más armas españolas es Asia, donde se autorizó la venta de material bélico valorado en 488 millones. La organización teme que estos negocios puedan "estar contribuyendo a la gestación de nuevos conflictos armados".
Para el Centre Delàs, la venta de armamento a estos países no sólo es moralmente dudosa, sino que es ilegal. "Estas exportaciones tendrían que ser consideradas ilegales si nos atenemos a la propia legislación española y europea sobre comercio de armas debido a la situación de inestabilidad existente en la región, y en concreto por la influencia regional de países como Arabia Saudí, Omán, Bahréin o Emiratos Árabes Unidos en tanto que dan apoyo a una parte del conflicto en Siria", considera la organización.