miércoles, 9 de abril de 2008

Nuestra Memoria: Historia del Batallón Galicia nº19 en el Frente Norte



Como respuesta a la publicidad alcanzada por las columnas gallegas en su avance sobre la región, y para demostrar al pueblo asturiano que no todos los gallegos abrazaban ideas fascistas, a últimos de septiembre de 1936 se procedió a la militarización del que sería conocido como Batallón de Milicianos de Galicia, más tarde señalado por el Estado Mayor con el número 19 de los de Asturias.

Tomaron parte en su constitución las Milicias Antifascistas Gallegas y los miembros de la Confederación Regional Galaica, ocupado los cargos de organizador y primer comandante el anarquista José Penido Iglesias. Aunque en un principio pasó a formar parte de las fuerzas del Regimiento Antifascista Máximo Gorki, al quedar éste bajo el control del Partido Comunista pronto se acentuaron las diferencias entre comunistas y anarquistas, mayoritarios éstos últimos en la unidad, por lo que el mando republicano decidió que ésta operara de forma independiente.

En el mes de noviembre de 1936, fueron trasladados al batallón varios guardias de Asalto comunistas que habían logrado huir de Galicia y casi un centenar de soldados de quinta de origen gallego pertenecientes a la guarnición de los cuarteles rebeldes de Gijón.

Quizá obligado por las circunstancias o tal vez por iniciativa propia, lo cierto es que por esas fechas Penido abandonó la unidad para pasar a hacerse cargo de los hospitales de Gijón, ocupando la jefatura de ésta el cabo de Asalto orensano Ramón Iglesias Pérez.

Entre el continuo goteo de gallegos que se fueron alistando en la unidad a lo largo de la contienda, figuraron varias docenas de desertores de las unidades franquistas tras ser reclutados a la fuerza en Galicia y también veintitrés destacados militantes libertarios gallegos llegados al puerto de Gijón el día 9 de enero de 1937, tras salir cuatro días antes del de As Xubias en La Coruña a bordo de una motora pesquera bautizada por ellos mismos como “La Libertaria”. Entre los fugados se encontraban Emilio Novas Naya, Odilo Masip Masip y José Moreno Torres, uno de los más conocidos anarquistas gallegos del período republicano.

El Batallón Galicia en el frente Norte

Los gallegos recibieron su bautismo de fuego en el frente Occidental de Asturias, donde desde septiembre de 1936 participarían en la mayor parte de los combates librados contra las columnas que avanzaban desde Galicia, destacando por su dureza los que tuvieron lugar en torno al poblado del Escamplero, donde se detuvo el frente durante tres días, sufriendo la unidad un buen número de bajas sin poder impedir que las primeras unidades moras alcanzaran la capital asturiana en la jornada del 17 de octubre.

Tras la entrada de los fascistas en Oviedo, el batallón ocuparía posiciones en el sector de Grullos y más tarde en el de Cogollo, trasladándose a finales de diciembre al de Colloto donde, tras ser nuevamente numerado, pasó a formar parte de las fuerzas de la 6ª Brigada de Asturias que en aquellos momentos se encontraba mandada por el mayor Ramón Garzaball.

A mediados de febrero de 1937 se produjeron las deserciones de tres antiguos guardias de Asalto pertenecientes a la unidad, tras lo cual CNT cesó a los mandos comunistas y convocó a los milicianos, haciéndose otra vez con el control del batallón.

En la Asamblea resultó nuevamente elegido Penido para el cargo de comandante, ocupando el de capitán ayudante Emilio Novas Naya y el de teniente ayudante José Moreno Torres, quedando las respectivas compañías al mando de los capitanes: Camilo Fernández Dopazo, Ramón Vázquez Rey, Enrique García Lago y Alfredo Viejo Bernall. Unas horas más tarde la unidad fue trasladada a San Cucao de Llanera, donde permanecería en reserva en espera del comienzo de la ofensiva general sobre Oviedo preparada por el mando republicano para la jornada del 21 de ese mismo mes.
Los ataques darían comienzo amanecer de ese día, operando los gallegos por El Escamplero, donde ya lo había hecho en octubre del año anterior, participando al día siguiente en un asalto sin éxito sobre la loma de La Trecha. Una vez finalizada la ofensiva, la unidad se trasladó al sector de Biedes – Las Regueras, donde alternaría periodos de posición en los parapetos de La Trecha, con otros de reserva en los cuarteles de La Granda.

En el mes de abril se incorporó Jaime Machicado Llorente, Serafín Varela Platero, José Casas Fernández, Odilio Masip Masip y Manuel Ramos Escarís. Por su parte, José Penido fue ascendido al mando de la 3ª Brigada de Asturias, siendo sustituido en el puesto del Comandante del Batallón por el cenetista José Moreno Torres.

Formando parte de la 3ª Brigada de Asturias, junto a los batallones nº 211 y nº 258, el día 29 de junio la unidad fue trasladada urgentemente a Euzkadi, como refuerzo de última hora, en un desesperado intento de los republicanos para contener la dura ofensiva iniciada por los franquistas sobre Vizcaya. A su llegada a Euzkadi se desplegó en las inmediaciones de la localidad de Molinedo, combatiendo más tarde en los montes de Colisa, en el pico de San Miguel, dominando Traslaviña y la Ermita de San Roque, donde se sostuvo bastante tiempo, rechazando las repetidas acometidas lanzadas por el enemigo, regresando a Asturias el 19 de julio.

Tras participar en la fallida operación lanzada por los republicanos el día 1 de agosto sobre La Manga – Cimero, la 3ª Brigada de Asturias fue trasladada a Santander, desplegando al Batallón Galicia y al nº 211 en el puerto de El Escudo, donde ambas unidades llevarían a cabo una brillante actuación al ser atacado ese paso montañoso por fuerzas italianas a mediados de ese mismo mes.

Tras la vergonzosa retirada de los batallones de gudaris nacionalistas vascos, las unidades gubernamentales que no habían quedado copadas en la bolsa de Reinosa se fueron replegando hacia Asturias, estableciéndose los batallones de la 3ª Brigada (ahora numerada como 183ª) en una improvisada línea de defensa situada en el margen izquierdo del río Deva, quedando desplegados los gallegos sobre las estribaciones del cerro Jana.

Para hacer frente a las bien equipadas brigadas de Navarra, en esos momentos la unidad contaba con un total de 423 hombres, disponiendo únicamente de 380 anticuados fusiles de Lebel de tres tiros, 2 fusiles ametralladores, 80 bombas de piña y 20 de humo.

El día 1 de septiembre, con los republicanos duramente batidos por la artillería y la aviación fascistas, fuerzas pertenecientes a la 1ª Agrupación de la 1ª Brigada de Navarra tomaron la villa de Panes, infiltrándose a continuación por el flanco derecho de las posiciones ocupadas por los batallones de la 183ª Brigada, que para no quedar copados se vieron obligados a realizar un primer repliegue hacia la zona de la Borbolla, donde establecieron una nueva línea defensiva sobre la orilla izquierda del río Cabra, quedando el Batallón Galicia y el nº 211 desplegados al Norte de Llonín, donde enlazaban con fuerzas de la División “B”.

A pesar de las duras acometidas lanzadas sobre ellos por fuerzas pertenecientes a la 3ª Agrupación de la 5ª Brigada de Navarra, los dos batallones aguantaron bien y cuando el día 8 fueron relevados, lo hicieron sin haber cedido ni un solo metro de terreno. Tras combatir durante unas horas en el puerto de La Tornería, la 183ª Brigada Mixta fue relevada y trasladada al puerto de Pajares, donde pasó a formar parte de la División “C”, mandada por Luis Bárzana, quedando desplegada en El Techo, posición desde la que se dominaba el pueblo de Villamanín.

Durante los días siguientes se lucharía en la carretera que lleva de Busdongo a Pajares, sobre la que los republicanos lanzarían varios contraataques, sufriendo el Batallón Galicia un número considerable de bajas.

El día 1 de octubre el batallón pasó a depender de la 194ª Brigada Mixta de la que también formaban parte el nº 241 y nº 267, quedando las fuerzas del Galicia divididas entre las posiciones de La Perruca, Alto de La Cerra, canto de Los Pobres y El Gobio, haciéndose unos días más tarde cargo de la defensa de la Loma del Ajo y Peñasagudas.

El día 8, los nacionales presionaron sobre las posiciones ocupadas por el Batallón nº 250, logrando apoderarse de tres lomas situadas en las estivaciones de Peña Buján. A las 18 horas contraatacó el Batallón Galicia por el flanco, logrando recuperar la posición perdida, causando al enemigo un gran número de bajas, por lo que la unidad fue felicitada públicamente por el jefe del XVII Cuerpo de Ejército en un comunicado editado ese mismo día. Tanto esfuerzo sería en vano, ya que los franquistas lograron recuperar las lomas perdidas al día siguiente, contando para ello con el apoyo de numerosa artillería y el concurso de 18 aparatos de bombardeo. Aun contraatacarían los gallegos durante la mañana del día 11, pero sin obtener ningún resultado positivo, lo que motivó que los gubernamentales se vieran obligados a replegarse hacia una nueva línea, que quedó establecida desde Los Castellanos y sus estivaciones, pasando por el alto de La Raya, hasta la cota 1800, ocupando el Galicia las posiciones comprendidas entre la Cota 1.800 y la carretera, donde enlazaban con el Batallón nº 250.

Permanecieron allí hasta el día 16, fecha en la que pasaron a la línea de Peña Alba - Cota 1800 - Camino a Coleao y Pico Retriñón. Dos días más tarde, con excepción de la 2ª Compañía, el resto de las fuerzas de la unidad fueron retiradas del frente para descansar y de paso ser reorganizadas, situación en la que les sorprendería el final de la guerra en el Norte.