domingo, 25 de julio de 2021

Estado español: el mercado laboral está enfermo por culpa de la precariedad y los abusos de la Patronal





El mercado laboral está enfermo por culpa de la  precariedad y los abusos de la clase empresarial. Así de claro.

El porcentaje de trabajadores y trabajadoras en riesgo de mala salud mental es del 60,6% en 2021, es decir un 5,5% más que en 2020. Por tanto, se produce un empeoramiento de la situación desde el año 2016 en el que la cifra era del 23,8%. Por otro lado, un 52,7% de los trabajadores considera que su salud empeoró durante la pandemia, eso es un incremento de 16 puntos porcentuales respecto a 2020.

El riesgo de mala salud mental presente en el conjunto de la población asalariada de España es del 60,6% en 2021, frente al 55,1% de la encuesta realizada en 2020. Esto demuestra la gravedad de la situación, dado que este dato fue del 23,8% en la Encuesta de Riesgos Psicosociales de 2016 (ERP 2016), basada en una muestra representativa a nivel nacional donde la salud mental se midió de idéntica forma.

El riesgo de mala salud mental también presenta una variación por edad de manera que los jóvenes de 16 a 34 años se ven más perjudicados que los mayores de 50 años; concretamente un 14,6% más. Aun así, todos los tramos de edad se sitúan por encima del 50%.

La suficiencia del salario para cubrir las necesidades básicas del hogar también marca una diferencia en cuanto al riesgo de padecer mala salud mental de manera que, entre aquellas y aquellos que tienen cubiertas dichas necesidades por su salario el riesgo es del 52,3%, esto es un 8,3% más bajo que la media de la población tomada en su conjunto y un 21,5% más bajo que el de aquellos cuyo salario no cubre sus necesidades básicas.

Por otro lado, según el informe, el riesgo de mala salud mental ha aumentado para ambos grupos durante este último año, pasando de un 48,7% a un 52,3% entre quienes sí tienen cubiertas sus necesidades económicas y de un 67,2% a un 73,8% entre los que no las tienen cubiertas. Así pues, el mayor aumento (6,6%) se ha producido en el grupo que ya estaba peor de entrada.

Empeora la salud general

Un 52,7% de los trabajadores considera, según el informe, que su salud en general empeoró durante la pandemia, eso es un incremento de 16 puntos porcentuales respecto al informe de 2020 El empeoramiento de la salud es más prevalente entre las mujeres (57,2%) que entre los hombres (48,8%) y en ambos casos aumenta respecto al 2020.

Un 61,7 % de los trabajadores cuyo salario no cubre las necesidades básicas empeoró su salud durante la pandemia, este porcentaje es un 18% más que en el año 2020, y un 14,1% más que aquellos cuyo salario sí cubre las necesidades.

Entre las ocupaciones seleccionadas, los trabajadores en puestos de auxiliar de enfermería (65,5%), de gerocultor/a (65,4%), de vendedor/a en tiendas de alimentación y productos de primera necesidad (64,2%), de ayuda a domicilio (62,9%), de ayudante de cocina (61,1%), de médica/o con atención directa a pacientes (60,6%) y de auxiliar de emergencia sanitarias (60,2%), son las que más declaran empeorar su salud, entre 8 y 13 puntos porcentuales por encima del porcentaje global que ya es muy alto.

Consumo de tranquilizantes

En el informe de 2020, el 21,5% de los trabajadores había consumido tranquilizantes en el último mes. Este porcentaje se ha incrementado ligeramente en el 2021 pasando a ser del 23,9%. Se observa la misma diferencia de género que en 2020: el consumo total fue superior en mujeres que en hombres (29,6% frente a 18,4%).

Entre las personas cuyo salario no permite cubrir las necesidades básicas del hogar hay bastante mayor consumo que entre las que sí pueden cubrirlas (31,5% frente a 18,9%).

El 40,2% de los trabajadores en puesto de auxiliares técnico-sociosanitarios en el domicilio y el 37% en el de gerocultora tomaron tranquilizantes/sedantes o somníferos en el último mes.

Aproximadamente, una de cada tres personas en ocupaciones sanitarias también los tomó (técnicas/os auxiliares de emergencias sanitarias y de farmacia, auxiliares de enfermería, medicas/os o celadoras/es y camilleras/os), pero también personas trabajando en otras ocupaciones no sanitarias como limpiadoras/es, ayudantes de cocina, preparadoras/es de comida rápida, trabajadoras/es en tiendas de alimentación o camareras/os.