domingo, 10 de agosto de 2008

Datos de paro

La tasa de paro repuntará al 12,5% a finales de año y se destruirán 300.000 empleos
La crisis del capital la pagan los trabajadores. ¿Para cuándo la escala móvil de horas de trabajo? Trabajar menos para trabajar todos, sin reducción salarial. Que su crisis la paguen ellos.

La tasa de paro repuntará al 12,5% a finales de año y se destruirán 300.000 empleos

La tasa de paro, actualmente situada en el 10,4%, repuntará cuatro puntos en el cuarto trimestre de 2008, hasta el 12,5%, y en el conjunto del año se destruirán 300.000 empleos netos, según el 'Avance del Mercado Laboral' de agosto que elaboran conjuntamente Analistas Financieros Internacionales (AFI) y la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett).

De cumplirse estas previsiones, las estimaciones realizadas por el Gobierno en el último cuadro macroeconómico, revisado a finales de julio, se verán ampliamente superadas. De hecho, el Ejecutivo prevé que la tasa de paro se sitúe este año en el 10,4% y en el 12,5% en 2009, porcentaje que Afi-Agett estima que se alcanzará este mismo año.

Parados de larga duración

Los últimos datos de la EPA, correspondientes al segundo trimestre, sitúan la tasa de paro en el 10,44%, mientras que la cifra de parados registrados en el Inem refleja que en julio había 456.578 desempleados más que hace un año. De esta forma, el total de parados superó el mes pasado los 2,4 millones, cifra que, de acuerdo con los cálculos de Afi-Agett, se elevará por encima de los 2,5 millones el próximo mes de septiembre.

El incremento del desempleo se ha dejado sentir con más fuerza entre los que llevan más de tres meses buscando empleo. Según este informe, las mayores dificultades para encontrar trabajo provocarán que dentro de dos trimestres comiencen a aumentar los parados de larga duración (los que llevan más de un año en el desempleo), perdiendo así uno de los tres grandes avances logrados en empleo desde 1995: la reducción del paro de larga duración en 20 puntos, de los jóvenes y de las mujeres.

Según José Antonio Herce, socio director de Economía de Afi, la reaparición del paro de larga duración es un "drama" que afecta a a los trabajadores adultos menos cualificados y de más difícil empleabilidad. "Sería un error creer que serán fundamentalmente los recién llegados quienes engrosen las filas del desempleo", advirtió.

Dentro de la historia laboral española, el paro registrado en las oficinas públicas de empleo sólo ha superado en cuatro ocasiones un incremento interanual de 400.000 personas (diciembre de 1982, enero de 1983 y junio y julio de 2008), sin que estos casos coincidieran nunca con la recesión del periodo 1992-1994.

No obstante, para Afi-Agett, el ajuste que está sufriendo el mercado laboral en la actual crisis económica está siendo más rápido que en la recesión económica de aquellos años, como demuestra, a su juicio, el hecho de que en julio se destruyera empleo neto por segundo mes consecutivo y de que el ajuste de las afiliaciones a la Seguridad Social fuera mayor que el registrado entre julio de 1991 y julio de 1992.

Destrucción de empleo para el tercer trimestre

Los autores consideran que el número de ocupados, situado en 20,43 millones, ya ha tocado techo, y que la EPA empezará a reflejar crecimientos negativos del empleo en el tercer trimestre, con una caída interanual superior al 1%, que se traducirá en la destrucción de 225.000 puestos de trabajo. En el cuarto trimestre, esta tendencia se intensificará hasta una tasa negativa de creación de empleo del 1,5%. En total, en el conjunto de 2008 se destruirán 300.000 empleos netos.

Aunque la construcción continúa mostrando los peores registros, en el estudio se advierte de que en el resto de sectores se están observando cada vez más los efectos generales de la desaceleración económica, más allá del efecto inducido por la construcción.

Para lo que resta de año, Afi-Agett prevé que la inversión residencial intensifique su "desplome", que la industria siga sin tomar el relevo a la construcción como motor de la economía y que los servicios acaben acusando las peores expectativas de consumo y el menor dinamismo de la actividad económica.