viernes, 28 de febrero de 2020

"El negocio es el negocio": España se opone a la prohibición de las armas letales autónomas



La muerte, a veces, viaja sola. Lo conocen en Palestina e Irak. Lo han probado en Libia. Lo lloran allá donde sobrevuelan unos aparatos deshumanizados a la enésima potencia. Cuando en Gaza levantan la vista y ven un dron, saben que van a llover desgracias. No en vano, Israel es uno de los Estados que utiliza con frecuencia las armas letales autónomas en sus ataques. España está entre los 11 países que se niega a prohibir su utilización.

De la muerte y de los drones hablan esta semana en Buenos Aires. La capital argentina acoge desde este miércoles y hasta el viernes el encuentro de la campaña internacional "Stop Killer Robots", creada precisamente para denunciar la proliferación de armas totalmente autónomas –entre las que se ubican los drones–. Participarán 100 activistas de 40 países, entre quienes estará la Premio Nobel de la Paz Jody Williams, Noel Sharkey, del Comité Internacional para el Control de Armas Robóticas (ICRAC) o Tica Font, integrante del Centro Delàs de Estudios por la Paz.

Este asunto fue abordado precisamente por el Centro Delàs en un informe elaborado en noviembre pasado. Bajo el título "Nuevas armas contra la ética y las personas: drones armados y drones autónomos", esta organización analizaba las implicaciones de este negocio y el papel asumido por distintos Estados ante este asunto, incluido España.

Las acciones militares y 'de seguridad' con sistemas militares robóticos y drones armados han cambiado radicalmente los escenarios de guerra, que han pasado de concentrarse en objetivos militares y estratégicos a ataques que pueden afectar gravemente la población civil no involucrada", advierte el Centro Delàs en ese estudio. En esa línea, subraya que "los ataques con drones armados a menudo no salen en los periódicos, pero muestran un ritmo de crecimiento continuado los últimos años".

Son ataques que acaban matando personas civiles, además de perpetrar ejecuciones sumarias y extrajudiciales de personas supuestamente terroristas", añade el informe, en el que se remarca que "últimamente, además, los drones militares están evolucionando para poder incorporar sistemas autónomos de decisión. Esta escalada hacia los sistemas armados autónomos es ética y jurídicamente inaceptable, porque delegar en una máquina las decisiones de matar va en contra de la dignidad humana y de los derechos de las personas".

Según el relevamiento realizado en el marco de la campaña contra los "robots asesinos", los autores de este informe verificaron que "los drones militares se fabrican mayoritariamente en Estados Unidos, Israel, Rusia, China y Europa". De hecho, "Estados Unidos es claramente el líder mundial en creación y fabricación de sistemas militares robóticos, drones militares y drones armados".

La posición de España

En este documento se incluye el listado de países que se han opuesto a la prohibición de las armas letales autónomas. España figura en esa columna junto a Israel, Francia, Turquía, Reino Unido, Rusia o Estados Unidos.

Del otro lado se encuentran 28 países que han abogado por su prohibición, entre los que se encuentran Pakistán, Ecuador, Cuba, Bolivia, Brasil, Irak o Palestina. Curiosamente, en ese listado figura también China, uno de los principales fabricantes de armas letales autónomas. Según se explica en el informe, el gigante asiático plantea "prohibir el uso de armas totalmente autónomas, pero no su desarrollo o producción".





"El negocio es el negocio"

"Está claro que aquellos países que tienen interés en la producción de robótica no quieren que haya una regulación", afirma Font a Público desde Buenos Aires. "El negocio es el negocio, y así pasa por encima de lo que esto pueda conllevar", añade.

En el estudio sobre estas armas letales –entre cuyos autores se encuentra Font–, se describe la posición de las autoridades españolas en torno a este tema. "A pesar de que España ha declarado en varias ocasiones que las personas y los operadores tienen que mantener un control humano significativo sobre todos los sistemas de armamento y que no tiene intención de desarrollar armas totalmente autónomas, se ha opuesto a la prohibición de las armas totalmente autónomas", señala el documento.

Este asunto estuvo sobre la mesa en la reunión de Estados parte de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales celebrada en noviembre pasado. Según consta en un comunicado del ministerio de Exteriores, la representación española resaltó allí que "aboga por un control significativo humano de los sistemas de armas letales autónomas y por continuar el análisis de la interacción hombre máquina en nuestro empeño de lograr el máximo respeto al Derecho internacional humanitario y del Derecho Internacional sobre Derechos Humanos".

Asimismo, en el informe del Centro Delàs se destaca que "España afirmó que actualmente no dispone de armas totalmente autónomas, pero no garantizó si no desarrollaría estos sistemas en un futuro". En tal sentido, el estudio aporta distintos datos que "muestran que España dispone o dispondrá de un buen conjunto de drones militares de fabricación propia, con una industria española que cuenta con empresas como Indra, Airbus, Thales, Marine Instruments y Alpha Unmanned Systems, además de colaboraciones con alguna universidad como la de Sevilla".

Cita el caso concreto del dron Fulmar de Thales, el cual "se ha exportado a Malasia y está siendo utilizado en tareas de vigilancia marítima, mientras que la dirección general de adquisiciones de armamento y material ha comprado el dron Mantis de Indra por tareas de reconocimiento y el ejército español ha comprado dos drones armados Alpha 80052".

Asimismo, se subraya que "los proyectos del ministerio de defensa español con Airbus incluyen un dron armado Atlantis para Colombia y la producción de un sistema de enjambre de drones" que podrá ser lanzado 'desde varias plataformas aéreas o desde tierra', según Jesús Martín, líder del proyecto Airbus Defence & Space".