jueves, 25 de marzo de 2010

Cambados: Recuperación de nuestra memoria


Una familia de Cambados y otra de Ribadumia ya pueden enterrar en un cementerio los restos mortales de dos parientes suyos, asesinados a principios de la Revolución española de 1936. A Castor Cordal Garrido, un electricista cambadés vinculado al sindicato anarquista CNT ( Confederación Nacional del Trabajo ) lo mataron cuando tenía 27 años. Igual suerte corrió Ramón Barreiro Rodríguez, un periodista que encontró la muerte poco después de cumplir los 19 años.

Les dieron sepultura junto a uno de los muros exteriores de la iglesia de Curro, y ahí permanecieron sus cadáveres durante 73 años. En octubre de 2009, la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) acometió una exhumación y recuperó los restos mortales de ambos. En unos pocos meses, el forense determinó que los huesos hallados correspondían sin lugar a dudas a Castor Cordal y Ramón Barreiro, y ayer se llevó a cabo la última fase del proceso, consistente en la entrega a las familias de los restos.

El acto tuvo lugar en el auditorio municipal de A Xuventude, en Cambados. Dispuestos sobre una mesa en el estrado reposaban en sendas cajas de plástico, cubiertas con unos ramos de flores, los restos de Castor Cordal y Ramón Barreiro.
El momento más emotivo del acto fue cuando los parientes subieron al estrado para recoger los restos de sus familiares. La sobrina de Ramón Barreiro, Elena Barreiro, y una hermana de Castor Cordal, Josefina, fueron las encargadas de tomar las cajas fúnebres. Ninguna de las dos podía ocultar su emoción. Que la tierra les sea leve.