martes, 23 de marzo de 2010

O sole mio: Paga lo que debes


Este restaurante italiano de Cáceres adeuda miles de euros a sus trabajadoras, que llevan meses sin cobrar.

De cara al público, el pasado diciembre de 2009 abrió sus puertas el restaurante italiano “O Sole Mio”, sito en el número 13 de la céntrica calle cacereña de San Antón. Al poco de aquello, volvió a cerrar para acometer una breve reforma; reabriendo de nuevo en marzo de 2010.

Tras la reforma el empresario contrató a cinco trabajadoras más, para reforzar una plantilla que llegó a ascender a quince empleadas. Las trabajadoras tienen firmado un contrato indefinido, con un período de prueba de tres meses. El empresario está recibiendo una bonificación del Estado porque, supuestamente, también apoya el indiscutible derecho de las mujeres a tener un empleo digno y bien remunerado.

De puertas a dentro, la realidad es bien distinta. Como en muchos otros negocios de hostelería de la ciudad, las irregularidades laborales son el pan que cada día tienen que tragar los trabajadores y trabajadoras del sector. En este caso, el empresario dejó de pagar a su plantilla poco después del primer mes de trabajo. En este momento adeuda a sus empleadas miles de euros en salarios.

Como debería ser norma entre todos los trabajadores (y más en estos tiempos que corren), la compañera Cristina se dirigió directamente al empresario para expresarle su malestar por las dificultades económicas que estaba haciendo pasar al conjunto de la plantilla y exigirle el pago puntual de los salarios mensuales. A esta exigencia, completamente legítima y normal en el mundo del trabajo, el empresario respondió con un despido fulminante; ejecutado cobardemente a través de una llamada telefónica, el pasado 11 de marzo. Este DESPIDO es del todo IMPROCEDENTE, porque no se ha notificado por escrito ni se han cumplido los plazos que establece la Ley.

Entre los argumentos esgrimidos por el empresario para justificar el despido de Cristina, se encuentra la no superación del período de prueba, que casualmente terminaba a mediados de marzo, y la tan socorrida crisis, que se está utilizando para justificar innumerables atropellos laborales.

Hasta la fecha, el empresario todavía adeuda a la compañera cerca de 4.000 euros en concepto de atrasos y finiquito (este cálculo lo ha realizado la misma Inspección de Trabajo, a la que la trabajadora también acudió en busca de ayuda). El patrono sólo se ha limitado a entregar 250 euros a la trabajadora, de los miles que le debe.

Ya está tramitada la correspondiente papeleta de conciliación ante el UMAC (el acto está fechado para el próximo 25 de marzo) y se han iniciado las acciones directas necesarias para llegar a la resolución del conflicto.

El pasado 20 de marzo, la CNT-AIT cacereña organizó el primer piquete informativo frente a la puerta de “O Sole Mio”. La acción fue un completo éxito. En ella, cerca de veinte personas solidarias (entre amigos de la trabajadora, cenetistas y simpatizantes) exigieron al empresario el pago de lo adeudado a la plantilla de “O Sole Mio”; al tiempo que también solicitaban el boicot del establecimiento al público en general. Se desplegó una pancarta alusiva al conflicto y se repartieron medio millar de octavillas entre las personas que por allí pasaban. La respuesta del respetable fue muy positiva, muchos se abstuvieron de entrar a comer al restaurante y muchos más se solidarizaron con la trabajadora despedida. Después de más de dos horas de protesta, el acto se dio por concluido convocando de nuevo para el día siguiente.

El domingo 21 se repitió el piquete informativo a la puerta de “O Sole Mio”. Al igual que el sábado, un nutrido grupo de personas solidarias exigió el pago de los salarios atrasados a las trabajadoras y se repartieron cientos de panfletos. En esta ocasión el propietario del local no se encontraba presente y dos de sus encargadas (que inexplicablemente defendieron a quién no las paga y las explota) se encararon violentamente con la trabajadora despedida, provocándola con la intención de amedrentarla bajo la amenaza de una posible denuncia. CNT-AIT no entró en el juego de las provocaciones y los insultos, controlando a tiempo la situación y arrancando, de otro de los encargados del restaurante, la promesa del pago de lo debido el mismo lunes 22.

A la espera de las últimas noticias de este conflicto, la Confederación ha decidido dar un plazo de 5 días al empresario para hacer efectivas sus promesas de pago, antes de continuar con nuevas acciones sindicales. Seguiremos informando.