viernes, 24 de abril de 2020

Perdiendo el norte



Con la amenaza del coronavirus, lo que cabría esperar es que se trabajara al unísono para frenar la expansión del virus, por encima de cualquier consideración política, racial o religiosa. Sin embargo, el gobierno de Israel redobla su agresión al pueblo palestino destruyendo clínicas, derribando casas y arrancando olivos.

Los meses de marzo y abril de 2020 serán recordados no sólo por la pandemia sino también por la violencia que ejercen las autoridades israelíes sobre las poblaciones que están decididas a destruir: las palestinas que viven bajo ocupación en los grandes guetos erigidos por Israel, los ciudadanos palestinos de Israel, y los que languidecen en las cárceles israelíes. Además, están las comunidades ultra-ortodoxas, o judíos Haredi, que viven en comunidades aparte, a las que el Estado de Israel desprecia y agrede.

La negligencia y violencia de las autoridades sionistas, junto a la insensibilidad de la sociedad israelí, son síntoma de una sociedad inherentemente racista. Una sociedad que es incapaz de mostrar un mínimo grado de compasión por el sufrimiento ajeno.

Es un hecho que la expansión del coronavirus entre el pueblo palestino representa también un peligro para los judíos de Israel. Sin embargo, las autoridades y sus varias agencias siguen destruyendo clínicas, demoliendo casas, y haciendo redadas en ciudades y barrios en vez de ofrecer la ayuda necesaria para frenar el contagio.

Aparte del COVID-19, otra de las plagas con la que los palestinos tienen que convivir es la de esos grupos de adolescentes judíos que se hacen llamar “Youth Hilltop” (la Juventud de la Cumbre). Aunque el nombre puede sonar simpático, los chicos de este grupo están adoctrinados en la violencia racista, al punto de ser capaces de quemar a una familia entera palestina en su propia casa.

La violencia de estas bandas siempre ha estado bien vista por las autoridades sionistas, incluso cuando a veces se pasan de la raya. De ahí que sus miembros nunca sean castigados, ni siquiera si cometen asesinatos. La pandemia del coronavirus no ha frenado la permisividad del Estado de Israel con estas bandas terroristas, que, de hecho, han incrementado sus ataques a la población palestina.

Según un informe de la ONU, entre el 17 y el 30 de marzo, esta violencia ha aumentado un 78 por ciento. El informe, que fue incluso citado por el medio pro-sionista The Jerusalem Post, referencia “al menos 16 ataques de colonos israelíes” que “resultaron en cinco palestinos heridos y cantidad de daños a sus propiedades”.

La ONU especificaba que estos ataques “incluyen apedrear vehículos, destrozar infraestructuras y agresiones físicas”. En la región de Gush Etzion, donde residen y son adoctrinadas muchas de las bandas de judíos violentos, “se arrancaron unos 100 olivos de propiedad palestina, y en Hebrón dañaron o robaron las cámaras de vigilancia instaladas en una casa y una escuela”.

El Día de los Presos Palestinos, que se conmemoraba este mes de abril, puso en el punto de mira la miserable realidad que se vive en las prisiones israelíes. Aunque las autoridades son remisas a dar información, se sabe que hay casos de coronavirus dentro de ellas. Sobresaturadas, con falta de higiene y atención sanitaria adecuada, las prisiones son potenciales focos de infección masiva.

Addameer, la Asociación de Apoyo a Presos y Derechos Humanos, informó recientemente sobre un prisionero palestino que fue puesto en aislamiento debido a que presentaba síntomas de coronavirus. Sin embargo, las condiciones de una celda de aislamiento no son las mejores para una persona enferma. En el caso del preso Nourredin Sarsour, sólo se supo que estaba infectado cuando fue puesto en libertad.

El medio The Palestine Chronicle informó hace poco de que las autoridades israelíes cerraron un centro donde se hacían pruebas de coronavirus. Fue en Silwan, ciudad palestina de 55.000 habitantes fronteriza a la Ciudad Vieja de Jerusalén. Según Sami Mshasha, portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA por sus siglas en inglés), “Israel ha impedido que su organización facilite a los palestinos de la Jerusalén ocupada los servicios sanitarios relativos al coronavirus”.

Mshasha también ha revelado a la agencia de noticias palestina WAFA que las medidas de Israel son “continuación” de las restricciones impuestas a las actividades de la UNRWA en Jerusalén “tras el reconocimiento por parte de EE.UU de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de su embajada a esta ciudad desde Tel Aviv”. Además, Palestine Chronicle informa que, según fuentes israelíes, “la razón principal de esta forma de actuar del gobierno israelí es prevenir cualquier actividad de la Autoridad Palestina en Jerusalén”.

No es la primera vez que Israel interfiere cuando las organizaciones palestinas proveen de servicios muy necesarios a los residentes de Jerusalén Este. El problema es que mientras las autoridades de Israel impiden a las organizaciones palestinas proveer estos servcios, Israel tampoco lo hace.

Según el doctor Yousef Jabareen, miembro del Knesset (parlamento israelí) por la lista de Árabes Unidos, las autoridades de Israel han realizado más de 200.000 tests de coronavirus. De ellos, menos del 10 por ciento se han hecho en ciudades habitadas por ciudadanos palestinos en Israel, dejándoles vulnerables y sin información crucial sobre la amplitud del virus en sus comunidades.

También se ha sabido de un fuerte brote de coronavirus en las ciudades de Dayr el-Asad y Al-Ba'ane, al norte de Palestina. Igualmente preocupante es el sistema de apartheid que fuerza a los beduinos palestinos del Naqab a vivir en núcleos abarrotados, en condiciones de extrema pobreza, con falta de agua e infraestructuras y un Estado que no les da recursos para paliar el avance del virus.

Si se mira la definición de delito de genocidio que da la ONU y se compara con los diversos métidos con que Israel mata a los palestinos o simplemente les deja morir, las similitudes saltan a la vista. La cuestión es cuándo se decidirá el mundo a sancionar a Israel por la comisión de estos crímenes contra la humanidad.

Fuente:

https://www.mintpressnews.com/settler-violence-attacks-haredi-jews-coronavirus-laying-israeli-attitudes-bare/266761/