El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictaminado que la exclusión de las empleadas del hogar de las prestaciones por desempleo que recoge la normativa española es contraria al derecho de la Unión y ha considerado que, dado que estos profesionales son "casi exclusivamente" mujeres, esta norma constituye una discriminación indirecta por razón de sexo.
"Esta exclusión entraña una mayor desprotección social de los empleados del hogar, que se traduce en una situación de desamparo social", ha concluido el Tribunal de Justicia de la Unión Europeo en su sentencia, en línea con las conclusiones del Abogado General del Tribunal de Justicia de la UE del pasado septiembre.
En su dictamen, el Tribunal europeo ha tenido en consideración que en España el 95% de los empleados del hogar son mujeres, por lo que ha apuntado que esta normativa nacional perjudica especialmente a las mujeres y entraña "una discriminación indirecta por razón de sexto contraria a la directiva". Así considera que la ley española coloca a las mujeres en desventaja con respecto a personas de otros sexos. El asunto fue elevado al Tribunal de Luxemburgo por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Vigo, que pide al TJUE que interprete la directiva sobre igualdad en materia de Seguridad Social para determinar si existe una discriminación indirecta por razón de sexo.
En España hay 394.171 personas afiliadas al sistema especial de empleados del hogar que, que pese a estar dentro del régimen general, cuenta con menores derechos y obligaciones. Algo más de diez años después de la aprobación del sistema especial para empleadas de hogar, el trabajo de limpieza o cuidados pagado por horas "en negro" sigue teniendo un peso relevante como reflejan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que contabiliza a 584.700 personas que afirman dedicarse al trabajo doméstico, es decir, que al menos dos de cada tres no están dadas de alta.
Durante la pandemia, fue necesario aprobar una prestación extraordinaria por desempleo a cerca de 45.000 trabajadoras del hogar
"Son un colectivo sin visibilidad", denunciaba a Efe el abogado laboralista Javier de Cominges, del despacho Vento, que ha sido quien ha llevado ante la Justicia europea la reclamación de una empleada del hogar a quien la Tesorería General de la Seguridad Social denegó su solicitud de cotizar para recibir el paro. Su empleadora, explicaba Cominges, estaba dispuesta a abonar la cotización que solicitó la trabajadora, pero la Tesorería la rechazó porque el sistema especial para empleados del hogar no contempla la protección por desempleo. "La norma en la que se ampara puede ser neutra pero indirectamente discrimina a un colectivo al ser la mayoría mujeres", explicaba el abogado de Vento que recordaba que en siete de cada diez ocasiones, el TJUE falla en el mismo sentido que hace el abogado general.
En España, los afiliados en este sistema especial siguen sin cotizar por desempleo, ni para el Fogasa (fondo de garantía salarial) ni por formación profesional, por lo que tampoco tienen derecho a beneficiarse de estas contingencias. La prestación por desempleo se mantiene como principal escollo para que España pueda suscribir el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre empleo doméstico, que ya han ratificado 30 países como Alemania, Italia o Portugal y que es una demanda de sindicatos y asociaciones sectoriales. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se ha mostrado dispuesta a trabajar en esa línea y ha asegurado: "Que las trabajadoras de hogar no tengan derecho a paro nos aleja de la Constitución, de Europa y del convenio 189 de la OIT. Por eso seguimos impulsando su ratificación y trabajando para poner fin cuanto antes a esta discriminación".
Una de las pruebas más claras de esta carencia de protección se vio durante el confinamiento domiciliario por la pandemia, cuando el Gobierno tuvo que aprobar una prestación extraordinaria por desempleo para empleadas de hogar y que finalmente, según las cifras facilitadas a Efe por el Ministerio de Trabajo y Economía Social recibieron 45.000 trabajadoras. Un informe de Cáritas de principios de año aseguraba que el 75% de las empleadas del hogar no pudo ni solicitar este subsidio, la mayoría de ellas por no estar cotizando, aunque también por las dificultades ante los trámites administrativos, que se acrecientan cuando eres extranjero.
Por nacionalidad, casi la mitad de las empleadas del hogar son extranjeras, predominando las procedentes de Rumanía
Por nacionalidad, casi la mitad de las empleadas del hogar son extranjeras, predominando las procedentes de Rumanía (con 28.068 empleadas medias), seguidas ya de lejos por las bolivianas (10.519), colombianas (9.099), marroquíes (8.918), venezolanas (5.871), peruanas (5.629), ecuatorianas (5.175) y búlgaras (4.366).