El Secretario General de la UGT asturiana, Justo Rodríguez Braga, advirtió en un discurso pronunciado para los delegados de la Unión Comarcal que se está produciendo "un auge de los sindicatos asamblearios", paralelamente a la pérdida de representación y de afiliación en la Unión General de Trabajadores.
Según el "dirigente" ugetista, el auge de los sindicatos asamblearios es comparable al "auge de la extrema derecha en tiempos de crisis". En una advertencia que parecía dirigida al gobierno y al empresariado, Rodríguez Braga advirtíó que "el populismo gana terreno", avisando de que " los extremos se tocan".
Según Braga, el clima de sospecha y descrédito en que está cayendo los dos "sindicatos" reformistas -CCOO y UGT - está empezando afectar seriamente la influencia de los mismos. "Estamos perdiendo representación y también afiliación", dijo el Secretario General ugetista. Braga puso como ejemplo de lo que decía el hecho de que en una manifestación celebrada recientemente los trabajadores de Tenneco, en Gijón, se negaron en redondo a portar pancartas en las que figuraran las siglas de los "sindicatos" vendeobrer@s oficiales.
La preocupación por la vertiginosa pérdida de influencia de lo que han sido los grandes "sindicatos" amarillos que durante años constituyeron dos fuertes pilares del régimen monárquico nacido de la transición, no sólo se ha extendido a los ámbitos de las cúpulas burocráticas de CCOO y UGT. En los medios empresariales y gubernamentales empieza cundir el desasosiego ante la posibilidad de que los hasta ahora, "sindicatos" mayoritarios puedan perder capacidad de interlocución y sean sustituidos por organizaciones sindicales alejadas del sistema político vigente, o por asambleas de trabajadores de difícil control en el curso de las futuras confrontaciones sociales.
Paradójicamente, en el Estado español las organizaciones sindicales de los asalariados no las sostienen sus afiliados a través del pago de sus cuotas, sino que su principal soporte económico son las fortísimas subvenciones otorgadas por el Estado. La experiencia de las últimas décadas ha puesto de manifiesto que a cambio de este blindaje oficial , al que se suelen sumar los créditos multimillonarios proporcionados por la Gran Banca, la diligencia sindical ha llegado a repetidos acuerdos con la patronal que han lesionado gravemente los intereses de los asalariados y las conquistas obtenidas desde hace más de treinta años.
Por si fuera poco, en los últimos meses han quedado al descubierto fraudes multimillonarios en los que han aparecido complicadas federaciones enteras de las organizaciones colaboracionistas CCOO y UGT. Ello ha provocado que cada día con más fuerza las dos grandes "sindicales" sean vistas por amplios sectores como "sindicatos a la americana", en los que priman las regalías e intereses de aquellos que integran en relimen de monopolio sus direcciones.