Los sueldos exagerados 
de los diputados, la financiación de los partidos con dinero público y 
los escándalos económicos de la casta política indican una separación 
cada vez más grande entre la clase política y el pueblo.
 Mientras la mayoría de los 300 diputados griegos han condenado a sus 
compatriotas a serias dificultades recortando sueldos y pensiones, su 
salario es de 8.500 euros brutos al mes, acompañado por unas "ayudas" con 
las que llega hasta los 9.000 euros. Esto sin contar los gastos de 
transporte que son pagados por el Estado. Aunque parezca increíble los diputados griegos son los mejor pagados en Europa.
La mayoría de los miembros del Parlamento han rechazado rotundamente 
todas las propuestas para recortar el sueldo o, por
 lo menos, eliminar alguna de estas "ayudas".
 Además, los partidos se siguen beneficiando de una generosa 
financiación pública. Tan sólo unos días antes del cierre del Parlamento
 previo a las elecciones del pasado domingo, el Gobierno de Papademos decidió "regalar" a los
 partidos 29 millones de euros. Trágico, sí...pero para el pueblo.
