El 17 de mayo de 2021, un conflicto geopolítico entre el Estado español y el marroquí daba lugar a la apertura de fronteras en Marruecos, con el consiguiente cruce de personas bajo condiciones inhumanas por las playas fronterizas entre ambos países. Como respuesta el Estado español incrementaba la presencia militar en Ceuta realizando devoluciones en caliente y demás tratos vejatorios reduciendo a las personas a mera mercancía. El 30 de agosto de este mismo año, debido a intereses militares y económicos, se ha generado una situación insostenible en Afganistán obligando a las personas a abandonar el país.
Estos son claros ejemplos del papel que cumplen la democracia y el capitalismo en la gestión de nuestras vidas, mediante el desarrollo de infraestructuras, control de flujos poblacionales, tratados, leyes y fronteras. Todo ello genera un importante negocio que busca controlar a las poblaciones oprimidas y utilizarlas para sus miserables negociaciones y juegos políticos.
Parte de este entramado, las infraestructuras desarrolladas por el estado son los CIES (centros de internamiento de extranjeros). Los CIES cumplen la función de almacenar personas migrantes con el fin de asegurar su deportación, es decir, una infraestructura desarrollada para privar de libertad a personas por el hecho de ser extranjeras, siendo ésta la culminación de la violencia racista que el sistema democrático ejerce con el fin de mantener el orden establecido. En definitiva, los CIES son un eufemismo de cárcel, pues tanto los CIES como las cárceles se insertan bajo la misma lógica democrática: la represión de las personas oprimidas en pro de los intereses de lxs opresores.
Por ello, consideramos necesario oponernos a la existencia de estas infraestructuras y todo este entramado que solo pretende convertirnos en mercancía para su control y negocio. Queremos mostrar nuestra solidaridad con todas las personas que se encuentran encerradas, romper la monotonía impuesta por estos muros, evidenciar las condiciones en que se encuentran y todo el entramado y negocio que estas cárceles esconden. Buscamos que no queden en el olvido. Queremos transmitirles que no están solxs y a sus guardianes, que no se sientan impunes.
No queremos las situaciones que se están dando en las fronteras, en los CIES, en las redadas racistas y en la precariedad al que este sistema nos condena a las personas oprimidas en el día a día. No queremos que estas situaciones sean olvidadas, como tampoco queremos olvidar las diversas revueltas y motines que se han dado en los CIES y las muestras de solidaridad que se han dado desde fuera, pues es necesario continuar agitando y luchando ya que el silencio, la obediencia y la inacción nos hacen cómplices de una estructura social que necesita del racismo y del resto de opresiones para mantenerse en pie.
¡QUE LXS PRESXS SALGAN, QUE LOS CIES ARDAN!