miércoles, 17 de noviembre de 2010

Nuestros documentos


Chiclana resurge potente para la lucha confederal, y resurge llena de energía y entusiasmo, dispuesta a reconquistar el prestigio de sus mejores tiempos,
Toda España conoce Chiclana; pero conoce apenas la Chiclana opulenta por los carteles coloridos que propagan sus ricos y variados vinos...Tierras fertilísimas, viñas excelentes, bodegas enormes donde se amontonan fortunas, y en los hogares proletarios, el hambre y la desesperación....
La visitamos hace días para dar una conferencia a los nobles campesinos, y pudimos comprobar que el agro español vive hoy como en los peores tiempos del feudalismo.

Aún está clausurado su Sindicato, a pesar de que el gobernador civil ha ordenado al alcalde la reapertura del mismo; pero el alcalde, orientado por los caciques, que son amos absolutos del pueblo, se niega a ello,afirmando que constituye un peligro para la tranquilidad y orden público.
Una semana fué necesaria para conseguir el permiso, a fin de celebrar la conferencia. Por fin, la autorizaron.
Un salón amplio, alquilado para instalar el Sindicato tan pronto sea levantada la clausura, sirvió para la celebración de este primer acto de propaganda confederal y anarquista.
Luces de carburo alumbran el modesto local, que está completamente abarrotado de trabajadores. Llena, también, la calle, pues todos sienten ansias de escuchar la voz de nuestra querida Confederación.
En el pequeño escenario que sirve de tribuna, un gran retrato de Ferrer, el mártir de Montjuitch.
El tiempo es frío, y los obreros visten ligeras blusas y modestas alpargatas; raros son los que tienen abrigo o pelliza, y ello nos demuestra el estado de miseria en que viven.
No quieren saber de política; la abominan, como todos los campesinos de Andalucía. Solo confían en el anarquismo, y palpitaban de emoción cuando les hablaba de Anselmo Lorenzo, Fermín Salvochea, Miguel Bakunin, y de nuestro Comunismo Libertario.
Les hablé de un próximo 14 de abril, que debemos de aprovechar nosotros para el triunfo de nuestras ideas, y todos a coro decían:"¡Que venga..., que ya no nos contentaremos con agitar banderas tricolores y escuchar el Himno de Riego...!"

Encontré a la salida, a un antiguo compañero, con el cual viví horas de angustia en la trágica Cárcel de Cádiz...
Me habló de la miseria en que viven hoy los trabajadores de ese riquísimo pueblo, y su relato me llenó de dolor e indignación.
"No hay trabajo para nadie -me decía- . Los caciques nos tienen declarada una guerra a muerte, a fin de someternos a la esclavitud, pagando jornales de hambre..."
"Ahora como se aproximan las elecciones, el Ayuntamiento ha organizado un turno de trabajo; pero apenas se trabaja media jornada, cuando toca, y muchas veces pasan quince y veinte días para que nos toque otra media jornada...¡Tres pesetas para vivir dos semanas!"
"Yo tengo cinco hijos. Algunos días marcho a un pueblo distante dos leguas de Chiclana, para buscar tagasninas. Vuelvo después a Chiclana, y marcho a venderlas a San Fernando, que, como sabes, está a ocho kilómetros. Así consigo un par de pesetas para comprar pan a mis hijos."
"Los demás viven en idéntica forma..., pasando hambre, mucha hambre..."

He ahí la vida de Chiclana, la de todos los pueblos de Andalucía, sometida a un caciquismo bárbaro, y más de la mitad de sus tierras, tierras fecundas y generosas, permanecen sin cultivo,
Pero el campesino andaluz es rebelde y optimista. Confía en el porvenir, y sueña con el triunfo del Comunismo Libertario.


Manuel Pérez. Cádiz, diciembre de 1935

Artículo aparecido en Solidaridad Obrera de Catalunya, pág. 2, diciembre 1935, titulado " Chiclana, hambrienta y rebelde..."