martes, 9 de julio de 2019

Los bomberos de Marbella, todo un ejemplo de solidaridad y apoyo mutuo



Benjamín, era un chico de siete añitos de Marbella (Málaga) al que le detectaron un tumor en la cabeza que derivó en parálisis. Falleció el pasado viernes. El joven tenía inmovilizado el lado derecho del cuerpo, lo que le obligaba a desplazarse en silla de ruedas. Además, tenía gran dificultad para salir de casa al vivir en la cuarta planta de un edificio sin ascensor.

Los bomberos de Marbella decidieron ayudarle para facilitarle la vida: de forma voluntaria, le subían y bajaban cada día a pulso por las escaleras para que su madre pudiera llevarle al colegio.

Ahora, son los bomberos los que han decidido hacerse cargo de los gastos del entierro: tenían dinero ahorrado para ayudar al niño a conseguir un cambio de vivienda que le facilitase hacer una mejor vida. Son 6.000 euros que han permitido pagar todos los gastos fúnebres del niño, que hoy será entregado a su madre para que lo despida. El pequeño no tenía seguro para su funeral y su madre no podía cubrir los gastos que suponía enterrarlo.

Durante meses los bomberos iban por la mañana a su casa para bajarlo desde el cuarto piso sin ascensor, así podía ir a las clases. Luego le recogían y le ayudaban a subir los cuatro pisos para volver al domicilio. Los propios bomberos decidieron acondicionar el piso donde residía la familia para que pudiera vivir con mayor comodidad mientras buscaban una vivienda en la que Benjamín no necesitase ayuda.
 
Paradojas de la vida, el tumor cerebral se había estabilizado, Benjamín recibió el alta médica y trataba de recuperarse con sesiones de logopeda y rehabilitación. Quería disfrutar del fútbol, su gran pasión. Pese a ello, su cáncer regresó, avanzó y finalmente se lo llevó. Que la tierra le sea leve.