viernes, 22 de febrero de 2019

La Junta de Andalucía premia al empresario del Silestone mientras los casos de silicosis de sus trabajadores llegan a la Justicia



El empresario almeriense Francisco Martínez-Cosentino será nombrado Hijo Predilecto de Andalucía mientras se dirime una querella por homicidio y lesiones imprudentes a varios extrabajadores enfermos de silicosis. En 2017, una sentencia de la Audiencia Provincial de Vizcaya consideró probado que Cosentino informó insuficientemente a marmolistas que contrajeron silicosis. Indignante país de pandereta...

Francisco Martínez-Cosentino, presidente del grupo que lleva su nombre, será distinguido como Hijo Predilecto de Andalucía el próximo 28 de febrero. Martínez-Cosentino acumula premios y es amigo de las altas esferas de poder, pero antiguos trabajadores y colaboradores ponen en solfa la trayectoria del empresario. Sobre todo, a raíz del aumento vertiginoso de los casos de silicosis imputable a los aglomerados de cuarzo, el producto que le llevó a la cima.

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía reconoce a Martínez-Cosentino el deslumbrante éxito empresarial de su marca, cimentado a partir de un producto, el Silestone, cuya seguridad para los trabajadores está en entredicho. Mientras tanto, un juzgado investiga una querella interpuesta por antiguos trabajadores de la empresa, que contrajeron silicosis por la exposición continuada al polvo de sílice generado en el proceso de producción del Silestone.

En la querella se imputa a los gestores de Cosentino, incluido Francisco Martínez-Cosentino, un presunto delito de homicidio imprudente y lesiones. En 2017, una sentencia de la Audiencia Provincial de Vizcaya consideró probado que Cosentino informó insuficientemente a marmolistas que contrajeron silicosis. Martínez-Cosentino fue absuelto porque la falta de lesiones había prescrito. Este nuevo reconocimiento al empresario se produce antes de que se haya tramitado diligencia alguna por esa querella.

Cosentino empezó a comercializar las encimeras de Silestone en pleno boom inmobiliario. Cuentan quienes conocen la historia de cerca que su hallazgo y desarrollo fue casi una casualidad. Cosentino había apostado por un producto a base de los deshechos de las tablas de mármol, el marmolestone, y había adquirido la línea de producción para fabricarlo con cuantiosas ayudas públicas. Pero aquello no funcionaba. El marmolestone se manchaba, el brillo no gustaba y no se trabajaba con facilidad.

Entonces, a alguien se le ocurrió el Silestone: se trataba de sustituir el mármol por sílice y fabricarlo "como si fuera un castillo de arena", comprimiendo resina de poliéster (en lugar de agua) y sílice en granos de tamaño cada vez más reducido, para tapar todos los huecos. El problema es que el Silestone, o aglomerado de cuarzo, tiene en torno al 90% de sílice y cristobalita, un material cuyo polvo inhalado genera silicosis en poco tiempo. Cosentino aplicó las líneas del marmolestone al Silestone.

Durante años, el Silestone se instaló en las cocinas de cientos de nuevas promociones. Fue una moda imparable, y aún hoy sigue siendo un producto cuya demanda crece cada año. Indignante.