lunes, 7 de mayo de 2018

En España, el trabajo es menos decente que en Europa



Según la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, siete de los ocho indicadores de la ONU que miden las condiciones laborales están por debajo de la media europea. En España las personas tienen menos dinero que la media europea, se quedan en mayor proporción en casa a cuidar de las personas dependientes, hay más jóvenes que ni estudian ni trabajan, hay más desempleados y de larga duración, más contratos temporales no deseados y se producen más muertes en accidentes de trabajo. 
 
En el único indicador en que España está por encima de la media europea de los ocho baremos según los cuáles Naciones Unidas mide la sostenibilidad del desarrollo económico de los países es en productividad. Así se desprende de un reciente estudio de la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, sobre "trabajo decente y crecimiento económico". 
La conclusión generalizada es que en España el trabajo es menos decente que en Europa.

El alto nivel de desempleo es una característica crónica del mercado laboral español. El número de personas con trabajo siempre se ha mantenido por debajo de la media europea, excepto en el año 2006, cuando la tasa española superó en ocupación a la media europea en una centésima.

La diferencia de empleados entre Europa y España en el 2017 es de casi siete puntos, siendo España el cuarto país con mayor porcentaje de desempleados de la Unión Europea y sólo superado por Croacia, Italia y Grecia.

Solventar la brecha de género es otra de las asignaturas pendientes del mercado laboral español. Existen casi 12 puntos de diferencia entre el número de españolas empleadas (59,6%) y empleados (71,5%). Es una brecha también presente en Europa y en la misma proporción, pero con una ocupación femenina del 66,5% y masculina del 78%.

La franja de edad de entre 55 y 64 años también presenta números preocupantes, puesto que una de cada dos personas se encuentra en paro. Esta cifra está muy lejos de la de países del norte de Europa como Suecia (76,4%) o Alemania (70,1%), aunque no tanto de la media europea (57,1%).

Parados de larga duración: más del doble que en Europa

Si en paro España está cuarta por la cola, en parados de larga duración es el segundo país con mayor porcentaje, únicamente superado por Grecia. El 7,7% de las personas que trabajan o quieren trabajar en España llevan un año o más en paro, frente al 3,5% de la media europea.

La brecha de género vuelve a cebarse con este colectivo de desempleados, puesto que mientras que del total de mujeres activas el 8,9% lleva más de 12 meses en paro, este porcentaje en el caso de los hombres es del 6,7%. Es una brecha que no existe en el promedio europeo, pues entre mujeres y hombres apenas hay una décima de diferencia. 

Campeones en temporalidad no deseada

Si a nivel de desempleo España ostenta el cuarto mayor porcentaje y a nivel de desempleo de larga duración el segundo, en temporalidad no deseada es el país con mayores cifras. El 22% de los ocupados en España tienen un trabajo temporal no porque lo prefiera, sino porque es incapaz de encontrar un trabajo fijo con contratro indefinido. Es un porcentaje que se ceba con los más jóvenes, ya que el 45,1% de los empleados de entre 15 y 29 años se ve atrapado en un contrato temporal no deseado, según el análisis.

Esta es una realidad que no se da con tal intensidad en la gran mayoría de países de Europa, puesto que mientras el 7,7% de los trabajadores europeos tienen un contrato temporal no deseado, esta cifra es del 13,1% para los jóvenes.
 
Cuidados: monopolio femenino

En España, el 29,7% de la población inactiva entre 20 y 64 años no está trabajando o buscando trabajo debido a que debe quedarse en casa para cuidar a personas dependientes. Se trata de un porcentaje 8,3 puntos por encima de la media europea (21,4%).

En este sentido España es el cuarto país con mayor porcentaje de población inactiva por responsabilidades familiares de este tipo, sólo superado por Chipre (42,7%), Irlanda (39,4%) y Malta (33,6%). Lejos queda Dinamarca, donde solo el 5% de aquellos que no trabajan ni buscan empleo están en esa situación por tener personas a cargo.

Se trata de una realidad muy intensamente feminizada, puesto que mientras el 6,1% de los hombres declara no estar trabajando o buscando un empleo debido a cargas familiares, dicho porcentaje asciende hasta el 43,3% en el caso de las mujeres. Es una brecha común, aunque menos intensa, en la media de los países de la UE.